Los Scape Room son juegos físicos y mentales que consisten en la búsqueda de un código que permite salir de la sala en la que los jugadores están encerrados. Para ello se deben resolver una serie de acertijos, juegos de ingenio y enigmas variados utilizando la lógica y el trabajo en equipo. Se pueden encontrar adivinanzas, misivas, puzles, mensajes cifrados, cartas… Todo dentro de una temática concreta.
Para escapar es necesario prestar atención a todas las pistas que se encuentren, ser observador, trabajar en equipo, hablar y escucharse unos a otros, avanzar sin pausa pero sin prisa ya que hay que salir en un tiempo determinado, ser ordenados, seguir las instrucciones que se van dando…
El alumnado de Kairos Incluye preparó como preludio de las vacaciones de verano un Escape Room para las compañeras del PEEF Sociosanitario. El tema eran las películas de miedo. La ambientación incluía bajada de luz de la clase, ropa negra, máscaras blancas, un enorme espejo rodeado de imágenes de películas de miedo tipo “viernes trece”, “el resplandor” o “el exorcista”, y una inquietante muñeca que esperaba sentada en una zona cercada con “prohibido el paso”. Eso es lo que las alumnas se encontraron nada más entrar en la sala en la que se podía oír una música adecuada al ambiente.
Una voz grabada daba la explicación de que estaban allí para purgar las malas formas de actuar con los usuarios a los que estaban atendiendo en su trabajo. Así se fue nombrando una a una con su acción punible (evidentemente ningún comentario era cierto).
A partir de ahí se fueron sucediendo pruebas que tenían que resolver con éxito para llegar a la última, en la que se completaba un puzle con las piezas obtenidas en cada desafío realizado. Con todas las piezas bien colocadas se podía leer el esperado “game over” (juego terminado) que hacía entrega de la llave que abría la puerta.
Ahora tocaba evaluar la actividad tanto de los promotores del juego como de las jugadoras.
El juego realmente había terminado. ¿Seguro?